Plaza de España
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Situada en una posición extraordinaria en el centro de la ciudad, en el Campo de Marte, la Plaza de España representa un lugar reconocido a nivel internacional.
Plaza de España con su característica forma de mariposa como dos triángulos que se cruzan en la cima, además de ser unos de los monumentos simbólicos del majestuoso barroco romano , hoy es uno de los lugares de encuentro más exclusivos de Roma, con sus palacios, suntuosos hoteles, famosos restaurantes, negocios y Atelier de grandes Griffes.
Desde este punto parten las calles más famosas para ir de compras como Via Condotti, Via del Babuino y Via Borgognona.
La Plaza de España tiene su característica forma de mariposa con alas triangulares que se cruzan en los vértices. En el ala noroeste, la más amplia, se encuentra la escalinata, mientras que en la más pequeña al sureste se encuentra el palacio de España.
Cunado se construyó la iglesia franciscana de Trinità dei Monti (proyecto de Carlo Madero, consagrada por Sixto V en el 1587), la zona de la Plaza de la Trinidad, este su antiguo nombre, era considerada suburbana, lugar de parada para los carruajes de caballos que transportaban a los extranjeros a Roma a través de la Puerta del Pueblo, entrada norte de la ciudad eterna desde la antigüedad.
En una planta diseñada por el arquitecto Pirro Ligorio esta basta extensión de tierra era usada para plantaciones de viñedos rodeadas por ruinas de edificios de la antigua Roma. Solo quedaban dos edificios, el de la familia Ferratini, transformado posteriormente en el edifico del Colegio de Propaganda Fide, y el de propiedad de los Monaldeschi.
Durante los primeros años del siglo XVI la zona de la plaza, que se encontraba a las afueras de la Roma medieval, conquistó rápidamente un rol de primera importancia por la presencia de hoteles y apartamentos que ofrecían hospedaje a los peregrinos y a los extranjeros que llegaban a Roma para visitar en Vaticano.
Antes de la construcción de la escalinata la plaza y la iglesia de la Trinità dei Monti estaban conectadas únicamente por dos fangosas y empinadas calles que se encontraban a lo largo de la pendiente. Aquellas calles eran transitables únicamente a pie.
Precisamente en este contexto, un embajador español alquiló un pequeño palacio. El incremento de los negocios que se desarrollaron en la jurisdicción sugirieron al rey Felipe IV de España la compra de todo el edificio (1620) para transformarlo como sede permanente de sus embajadores. Hoy alberga la embajada española ante la Santa Sede.
Durante el periodo tardío del Renacimiento, gracias a su gran esplendor, era uno de los centros más concurridos y animados, la atracción más visitada de la ciudad por turistas y viajeros ilustres de toda Europa. Era frecuentada constantemente por importantes artistas, poetas y escritores del tiempo que gracias a su escenario único e irrepetible fue usada como fuente de inspiración para muchos de ellos.
En el 1660 la primera iniciativa fue el proyecto del sacerdote Mazzarino gracias al encargo del oficial de la embajada de Francia Stefano Guiffer. Este proyecto preveía una estructura escénica constituida por rampas semicirculares que llevaban de la Barcaccia (parte integrante del proyecto) hasta la iglesia en varias partes.
Debía integrar diferentes fuentes y juegos de agua, pero el proyecto no se llevo a cabo. 1
El entero barrio de Roma se convirtió en poco tiempo bajo la protección española, al punto que en 1854, papa Pio IX hizo levantar en frente de la embajada española la Columna de la Inmaculada.
El nombre de Plaza de España proviene de el hecho que la sede de la embajada española en el Vaticano fue transferida al Edifico de España en el 1647. En la parte occidental de la plaza, se encuentra la iglesia francesa de SS. Trinità dei Monti, en aquel momento se llamaba Plaza de Francia. El memorable antagonismo por la hegemonía de Italia entre estas dos grandes potencias europeas se manifestaba claramente en la topografía de Roma.
Además de la extraordinaria Barcaccia y la famosa Escalinata de la Trinitá dei Monti, la Plaza de España está rodeada de edificios importantes. Desde la Memorial House de los poetas ingleses Keats y Shelley, la Casa Museo del pintor Giorgio De Chirico, hasta el Palacio de Propaganda Fide.
Contigua a la plaza se encuentra la pequeña Plaza Mignanelli con al centro el monumento de la Columna de la Inmaculada Concepción donde el Papa celebra la reaparición en el mes de diciembre.
Un importante plano urbanístico de la ciudad reconocía las fuentes puestas al centro de las plazas un rol destacado en las principales plazas de Roma. En el siglo XVII la ciudad con la nueva tendencia dominante del gusto barroco tenía la exigencia de integrar los monumentos clásicos y medievales con las nuevas experimentaciones arquitectónicas y urbanísticas.
Entre el 1627 y el 1629 el proyecto escenográfico de la Fuente de la Barcaccia fue concedida al experto Pietro Bernini y después de su muerte fue llevado a culmine por su hijo, el famoso escultor y arquitecto Gian Lorenzo.
Su posición en eje con la Via Condotti y la tangente a continuación de Via Babuino. Una opción similar a la fuente de Plaza del Popolo, en eje con Via del Corso.
Características de la obra escultora con popa y proa elevadas es que la fuente, realizada en Travertino, pareciera hundirse en el centro en una cuenca oval ligeramente bajo el nivel de la calle casi semi inundada.
El artista Bernini puso en marcha este truco para superar el obstáculo que representaba un problema técnico debido a la baja presión del agua del Acueducto Virgo que alimentaba la estructura.
Los laterales del barco son más bajos y en el centro un sólido pilar soporta un pequeño estanque del que erómpe un zampillo de agua que sale también de otros agujeros. Dos esculturas circulares en forma de Sol con cara humana de cuya boca fluye el agua, completan la decoración.
Al externo, la popa y la proa, se encuentran los chorros provenientes de las bocas de los falsos cañones con al centro una tiara y una abeja, los dos símbolos pontificios de la familia (Barberini) del pontífice Urbano VIII el cual encargo la obra.
La leyenda cuenta que el escultor Pietro Bernini se inspiró en un extraordinario evento sucedido en la Navidad de 1598 cuando Roma fue devastada por una terrible inundación del río Tíber que sumergió la ciudad.
Cuando el agua desbordada del río se retiro, un barco de pesca quedo estancado en el centro de la plaza y fue dejada por un tiempo en ese preciso lugar. Se cuenta que Pietro Bernini después de treinta años de ese evento construyó la Fuente del Viejo Barco tomando como referencia a la singular forma de las barcazas de río con el fondo plano que habitualmente servían para el transporte de la mercancía a través del Tíber en el siglo XVII.
En realidad la Barcaccia aprovecha el Acueducto Virgo que en aquella zona tiene un nivel más bajo, por lo cual es conveniente no elevarla demasiado.
Daños y restauraciones ha sido continuos en los últimos años a causa de la ubicación de la fuente en uno de los lugares más importantes y concurridos por los turistas en la ciudad durante todo el año. En los años 1993-1999 las intervenciones de conservación se hicieron necesarias a causa de repetidos episodios de vandalismo perpetrando daños al histórico monumento en Travertino.
En la primavera de 2007, cuatro exaltados embriagados por el alcohol, con un gran destornillador tallaron la fuente monumental, quitando parcialmente un fragmento distintivo del escudo papal. A la llegada de las fuerzas del orden, los cuatro delincuentes intentaron atacarlos, pero los Carabinieri tuvieron la mejor oportunidad de arrestarlos y evitar así ulteriores desfiguraciones.
En febrero de 2015 una multitud de hooligans holandeses, aficionados del Feyenoord, estaban en la ciudad después del encuentro de su equipo contra el de Roma para la Europa League . Seguramente bajo el efecto del alcohol los facinerosos se sumergieron dentro de la fuente y comenzaron a lanzar latas y botellas de vidrio contra el monumento antes de la llegada de la policía local.
Numerosos fueron los daños comprobados por los técnicos de la Superintendencia de bienes culturales, entre los cuales un fragmento de Travertino de 10 cm (perteneciente al borde del candelabro en el centro del estanque). En el informe, las autoridades señalan que en el monumento se registraron 110 cortes entre rasguños y astillas que se denominan «daños graves porque son permanentes».
El Palacio de España, un pequeño edificio que pertenecía antiguamente a la noble familia de los Monaldeschi, fue alquilado por los embajadores españoles en 1622. Pocos años después, en el 1654, el edificio fue comprado por la corona española como residencia permanente de sus embajadores.
El arquitecto Borromini proyectó el desarrollo del edificio agregándole las escaleras principales de la embajada y del vestíbulo , continuado por el arquitecto Antonio Del Grande. El cual tuvo el encargo de terminar la obra de construcción que, enriquecida con terrazas, representa una de las obras arquitectónicas mas esplendidas de su tiempo.
Los embajadores españoles de los siglos XVII y XVIII hicieron del edificio un lugar lujoso, un sitio brillante para eventos y festejos mundanos que animaban la Plaza de España.
Hoy la embajada expone una rara colección de tapices en Gobelin del siglo XVII, mientras tres esplendidos tapices del siglo XVIII decoran las paredes de la sala comedor. Dos esculturas «Alma bendita» y «Alma condenada» de Gianlorenzo Bernini y cuadros del Museo del Prado de celebres pintores españoles completan la riqueza artística del edificio.
La columna de la Inmaculada Concepción es un monumento del siglo XIX erigido en Plaza Mignanelli en frente de la embajada española. Es una antigua columna corintia de mármol de Cipolin esculpida en la antigua Roma y sepultada en el Renacimiento tardío por el monasterio de Santa Maria de la Concepción.
Fue abandonada por casi un siglo, el Papa Pio IX tuvo la idea de dedicar el monumento a la Inmaculada Concepción encomendando a Luigi Poletti de proyectar una base cuadrada de mármol para sostener la columna.
A su vez el escultor encargo a otros artistas esculpir cuatro estatuas de personajes bíblicos. Así a los cuatro lados de la base se encuentran las estatuas de mármol de Moisés (Ignazio Jacometti), David (Adam Tadolini), Isaias (Salvatore Revelli) y Ezequiel (Carlo Chelli).
En la parte superior de la base colocó la columna de 11,81 metros. En cima de la columna fue puesta la estatua de bronce de la Virgen Maria, obra de Giuseppe Obici, representada mientras pisa el símbolo del pecado original, una serpiente.
El monumento está dedicado al dogma de la Inmaculada Concepción proclamado en la Capilla Sixtina por el papa Pio IX el 8 de diciembre de 1854 con la carta «Ineffabilis Deus» que promulga la inmunidad del pecado de la Virgen Maria desde el momento de la concepción.
El 8 de diciembre de 1857, el Papa dio la bendición a la ciudad de Roma y al monumento en memoria de dicho dogma. Desde entonces cada año en el mismo día el Papa repite el rito.
El Palacio de Propaganda Fide, conocido como Collegium Romanum De Propaganda Fide, construido por voluntad del Papa Urbano VIII que comisionó la realización a Gian Lorenzo Bernini, pero cuando en el 1644 el Papa fue sucedido por Inocencio X, el encargo fue terminado por Francesco Borromini.
El inmueble fue construido para albergar la sede de una nueva congregación destinada a impulsar y dirigir la obra de los misionarios del mundo (por ello el nombre en latín).
En el 1644 Bernini proyectó la fachada hacia la Plaza de España poniendo en evidencia, bien en alto y en el centro, el escudo del Papa. El gran escultor- arquitecto construyó también una pequeña capilla para el Papa Urbano VIII.
Francesco Borromini algunos años después completo la fachada del lateral derecho con vista a una estrecha callecita, la cual reducía la visión. Aunque fue su ultimo gran proyecto el arquitecto fue fiel a su estilo distintivo que respeta el uso de las curvas no arquitectónicas cóncavas y convexas, de los capitel etc.
Inicialmente construida por Gian Lorenzo Bernini en el interior del Palacio de Propaganda, la Capilla de los Reyes Magos, por voluntad del Papa Inocencio X Pamphilj, fue encargado a Borromini de demolerla rescontruyendola entre 1662 y 1664.
Dedicarla a los Magos fue decisión del cardenal Barberini teniendo en cuenta que los tres reyes podían simbolizar a los primeros paganos convertidos a la fe cristiana. Su conversión sería interpretada como un signo de reconocimiento de los valores espirituales promovidos por la congregación.
La Keats-Shelley Memorial House, situada en el edificio que se encuentra a los pies de la escalinata de Trinitá dei Monti, es un museo dedicado a la memoria de los ingleses John Keats e Percy J. Shelley, poetas que quedaron encantados con la ciudad eterna.
Keats vivió en este apartamento situado en el numero 26 de la Plaza de España solo al final de su breve vida, que se apagó a sus solo 25 años. En el segundo piso podemos encontrar su habitación, la cual se asoma a la plaza; es un lugar de culto de su increíble ingenio prodigioso y de su desafortunado evento.
Keats en el trascurso de los años ha sido considerado uno de los más grandes poetas Ingleses de todos los tiempos. En sus poesías había siempre un recuerdo al dulce sonido de los chorros de agua que corrían en la fuente de la Barcaccia que le suscitaban tanta tranquilidad.
Al rededor de 8000 volúmenes dedicados al Romanticismo ingles son albergados en la biblioteca que se encuentra en la estructura, junto a cuadros y reliquias pertenecientes a otros poetas como Byron, Hunt y Henry James. Muchos turistas extranjeros visitan la Memorial House, un lugar simbolico del movimiento Romántico. El museo fue inaugurado en 1909, en presencia del Rey Victor Manuel III.
Babington’s Sala de Té está situada a la izquierda de la escalinata en la plaza más celebre de Roma. El primer lugar para degustar la clásica bebida inglesa en la Ciudad Eterna es aquí y fue fundada en el 1893 por dos señoras inglesas residentes en la capital Isabel Cargill e Anna Maria Babington.
Siempre fue un lugar de encuentro favorito de VIP, estrellas de cine y celebridades desde los años sesenta: Elizabeth Taylor, Richard Burton, Federico Fellini y muchos otros han disfrutado del clásico té de la tarde elegido entre una selección enciclopédica acompañada con sándwiches y bollos, tartas de manzanas servidos en delicadas bandejas chinas.
En un ambiente refinado, el restaurante propone desayuno, almuerzo y cena acompañados por una amplia selección de dulces y pasteles servidos por mesoneros con la vestimenta clásica inglesa.
La Via Condotti, ubicada enfrente de la plaza de España, es una zona chic por excelencia para las compras. Sede de las más prestigiosas Galerias de Arte y las marcas de alta moda más reconocidas, incluyendo los atelier de los más grandes estilistas, desde Valentino a Bulgari, de Prada a Versace, de Dolce e Gabbana a Gucci, de Chanel a Armani.
No puede faltar una amplia gama de restaurantes, cervecerías, pub y bar de intelectuales, boutique y pequeños negocios de diseño que enriquecen una de las calles más deslumbrantes de Italia.
También en el mundo del cine la Plaza de España, elegida como set original, ha asumido un rol importante gracias a las innumerables películas donde ha sido inmortalizada con grandes artistas de Hollywood, creando un mito.
Interpretado por la actriz Audrey Hepburn y por Gregory Peck, la película de grande suceso «Vacaciones Romanas» del 1953, ha hecho famosa la Plaza de España en los Estados Unidos y en el mundo por la famosa escena de los dos actores sentados en una Vespa.
Dirigida por William Wyler la película narra la historia de una joven princesa Anna que lleva a Roma y cansada de la rígida etiqueta de corte, logra esquivar la vigilancia, sale sola por las calles donde encuentra un joven reportero Joe Bradley que la seguirá en su aventura por la ciudad.
En el thriller psicológico del director Anthony Minghella nos encontramos prestigiosos artistas como Matt Damon, Jude Law y Gwyneth Paltrow.
La historia de un joven, Tom Ripley que acepta el encargo de un padre para traer de vuelta a casa a su hijo malcriado y rico fugitivo en Italia sin haber dejado rastro desde hacia mucho tiempo. Todo se desenvuelve en los años cincuenta entre el mar y el sol de Capri e Ischia y locales nocturnos de Roma y Nápoles.
En primavera, con motivo de la celebración del aniversario de la fundación de la ciudad eterna, los escalones de la plaza se llenan de flores con las plantas de azalea rosa.
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