Catacumbas de San Calixto
Ubicación
Via Appia Antica, 110/126
Construido por
Durante el pontificado de Calixto I (217-222 d.C.)
Qué ver
Frescos paleocristianos, criptas de antipapas, lápidas y el Sagrado Ciborio
Apertura
De 09:00 a 12:00 y de 14:00 a 17:00, todos los días excepto los miércoles
Precio
8€ para adultos, 5€ para niños (7-15 años) y estudiantes
Transporte
Estación de metro línea A, parada San Giovanni + bus 218
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Las Catacumbas de San Calixto se extienden a lo largo de la antigua Vía Apia, en un entorno de silencio y reflexión. En sus inicios, formaron parte de la propiedad de la familia cristiana de los Cecilios, y con el paso del tiempo se convirtieron en un importante lugar de sepultura para decenas de miles de cristianos, incluidos muchos mártires y dieciséis papas. Las catacumbas brindan una perspectiva única de la vida y de las prácticas funerarias de los primeros cristianos de Roma, constituyendo no solo un yacimiento arqueológico de primer nivel sino también un lugar de profundo significado espiritual.
Las Catacumbas de San Calixto ocupan un lugar relevante en la historia del cristianismo primitivo, pues fueron designadas como cementerio oficial de la Iglesia de Roma durante el pontificado de Calixto I. A continuación, exploraremos su apasionante evolución histórica.
Los orígenes de las Catacumbas de San Calixto se remontan al siglo II d.C., cuando se establecieron en una propiedad privada de la familia de los Cecilios. Inicialmente concebidas para acoger a los miembros más humildes de la comunidad, adquirieron un creciente protagonismo bajo el papa Calixto I, quien las transformó en el principal cementerio de la Iglesia romana. En este período, se llevaron a cabo diversas ampliaciones y mejoras estructurales, permitiendo acoger a un número cada vez mayor de fieles fallecidos, entre los que se contaban numerosos mártires cristianos cuyas tumbas se convirtieron en lugares de veneración.
Tras su época de apogeo entre los siglos II y IV, las catacumbas fueron abandonadas paulatinamente a raíz de las invasiones bárbaras y del cambio en las costumbres funerarias. Poco a poco se perdió la memoria de su ubicación y extensión, hasta ser redescubiertas en el siglo XVI. El interés del Renacimiento por la Antigüedad clásica y cristiana dio pie a nuevas exploraciones e investigaciones, que sacaron a la luz frescos paleocristianos, inscripciones funerarias y estructuras sepulcrales de gran relevancia histórica y artística.
En el siglo XX resurgió el interés por las Catacumbas de San Calixto, acompañado de labores de conservación y restauración para proteger frescos y estructuras en riesgo. En la actualidad, las catacumbas están abiertas al público y figuran como una visita imprescindible para quien se interese por la historia del cristianismo, el arte paleocristiano y las costumbres funerarias de la Antigüedad. La gestión del lugar se orienta no solo a la preservación sino también a la formación, ofreciendo visitas guiadas que explican la complejidad histórica y espiritual de este enclave.
Al recorrer las frías y silenciosas galerías de las Catacumbas de San Calixto, los visitantes pueden reflexionar acerca de la vida y la muerte en la antigua Roma y rendir homenaje a aquellos primeros cristianos cuya fe los llevó a construir estos extraordinarios monumentos subterráneos.
Las Catacumbas de San Calixto ofrecen una inmersión profunda en la historia del cristianismo primitivo, a través de un laberinto de pasadizos donde se esconden arte, arquitectura y testimonios de la fe antigua. A continuación, se presentan las principales zonas de interés que el público puede descubrir.
Explorar las Catacumbas de San Calixto supone un viaje por diferentes itinerarios que descubren criptas, cubículos y ámbitos de relevante valor histórico y religioso. Cada ruta brinda una perspectiva única sobre la complejidad y la belleza de este extraordinario complejo arqueológico.
La Cripta de los Papas es uno de los espacios más sagrados en el interior de las Catacumbas de San Calixto, pues alberga los restos de nueve pontífices de los primeros siglos. Las paredes están adornadas con epígrafes originales dedicados a estos líderes de la Iglesia primitiva, incluidos algunos antipapas, que fueron enterrados aquí como muestra de respeto y veneración. A pesar de la erosión del tiempo, los frescos siguen atestiguando la devoción y el arte paleocristiano. Los visitantes pueden observar:
Santa Cecilia, patrona de la música, fue martirizada en Roma y originalmente enterrada en las Catacumbas de San Calixto; más tarde, sus reliquias se trasladaron a la ciudad. Sin embargo, su lugar de entierro original sigue siendo un punto de peregrinación. Es un espacio reducido pero intensamente sagrado, caracterizado por:
Los Cubículos de los Sacramentos son pequeñas salas funerarias decoradas con frescos que retratan escenas de los sacramentos cristianos, como el Bautismo y la Eucaristía. Dichas representaciones no eran meras decoraciones, sino testigos de la fe profesada por los difuntos. Entre sus características sobresalen:
Esta zona de las catacumbas recibe el nombre del papa Milciades, el pontífice bajo cuyo mandato se legalizó el cristianismo con el Edicto de Milán en el año 313. Se distingue por:
Esta área está dedicada a dos figuras relevantes de la historia de la Iglesia, San Gayo y San Eusebio, famosos por su fervor espiritual y su martirio. Entre sus rasgos principales destacan:
Estos recorridos no solo enriquecen el conocimiento histórico y espiritual de los visitantes, sino que también brindan una experiencia emotiva y contemplativa excepcional, sumergidos en el arte y la historia de las primeras comunidades cristianas de Roma.
Catacumbas de San Calixto: tus opiniones y comentarios
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