Villa Borghese
Construido en: 1580-1633
Arquitectos: Flaminio Ponzio, Giovanni Vasanzio, Pietro e Gianlorenzo Bernini.
Jardineros: Domenico Savini da Montelpulciano e Girolamo Rainaldi.
Villa Borghese (también llamada Villa Pinciana) es un parque publico de estilo inglés situado en el centro de Roma, rico de monumentos, jardines, estatuas y vistas emocionantes. Su construcción fue iniciada en 1606 por voluntad de Scipione Caffarelli Borghese, sobrino del Papa Pablo V.
El deseo del cardenal era realizar una villa que reflejase el inmenso prestigio de la familia y al mismo tiempo albergase su colección de obras de arte. La villa es llamada «el parque de los museos» y entre ellos «La Galería Borghese» es una de las más famosas del mundo.
En el 1605 la fn¡inca, ya propiedad de la familia Borghese, ocupaba inicialmente solo el antiguo sitio de Los Jardines de Lúculo (Colina de Pincio). El cardinal Scipione Borghese, comprando viñedos y terrenos contiguos, empezó a trasformarla en el parque más amplio de Roma con el objetivo de convertirlo en el símbolo de la grandiosidad y el prestigio de la familia Borghese.
La Villa debía superar en riqueza y esplendor todas las demás blasonadas residenciales de la urbe. En aquella época, los grandes jardines sólo estaban abiertos a los invitados.
El arquitecto Flaminio Ponzio fue el encargado de la construcción de la Casina Borghese (hoy la Galería Borghese) y continuada, después de su muerte, por el holandés Jan van Santen (Giovanni Vasanzio), que con la colaboración del jardinero Domenico Savino de Montepulciano, extendió la zona de los jardines con la creación de un amplio sector para la cacería.
Con la intervención también de Pietro y Gian Lorenzo Bernini, el cardenal Scipione, apasionado por las obras de arte, se dedicó a la villa enriqueciéndola con sus colecciones de cuadros de los más famosos artistas, cuidando al mismo tiempo los preciosos muebles y el mantenimiento de los «jardines secretos» que se encontraban en sus alrededores.
La Casina fue completada con esplendidas decoraciones y esculturas y rodeada por otras pequeñas mansiones, fuentes, y un elegante parque. La finca cubrió un área de 80 hectáreas dividida en tres «recintos». El primero era el espacio frente a la Casina Borghese, el segundo hasta el Parco dei Daini; el tercero (llamado Barco), desde la Plaza de Siena se extendía hasta el área donde hoy es el Bioparco.
Después de la muerte de Scipione Borghese la Villa continuo siendo cuidada y no sufrió particulares modificaciones sino hasta 1770 cuando el príncipe Marcantonio IV Borghese dio impulso a una renovación radical del parque.
Las obras de transformación afectaron sobre todo a los principales edificios como el Casina Borghese, el Casino de los Juegos de agua (actual Aranciera) y la ampliación del gran parque adyacente con el cambio de las decoraciones en estilo neoclásico. Se renovaron los estucos en el interior de los edificios y se añadieron mármoles, frescos y estatuas de alabastro.
El Principe, asistido por los arquitectos Antonio y Mario Asprucci y con la colaboración de maestros de la jardinería y artistas, prometió la colocación de preciosas estatuas a lo largo del parque y dio el inicio a la realización del Jardín del Lago y la Plaza de Siena.
Adornos y frisos dieron mayor brillo a los jardines enriquecidos por preciosas fuentes y lagos entre los cuales destaca la Exposición del Aqua Felix, La Fuente de los Caballos Marinos, el Templo de Diana, la Casilla del Reloj, el Jardín del Lago con al centro el esplendido Templo de Esculapio.
El parque fue abierto para los paseos de verano y ocio ofrecidos al pueblo por el Príncipe para admirar el magnífico Jardín del Lago con excursiones en barca, la vasta plaza de Siena e incluso el tiro al pichón en el Parque dei Daini.
A la muerte de Marcantonio IV, su hijo Camillo Borghese, casado con Paolina Bonaparte, hermana de Napoleón, dio una consistente aportación a la magnificencia y al esplendor de la Villa con grandiosos espectáculos y fiestas populares, como la ascensión en el globo aerostático a la plaza de Siena, cantos y bailes de los cuales encontramos testimonios en cuadros y grabados de la época.
A finales del siglo XIX dados los exorbitantes gastos de reconstrucción llevadas a cabo por el príncipe Camillo Borghese, se incluyeron por primera vez entradas de pago para el público.
Después de la Unidad de Italia en 1861, un largo y controversial proceso legal sobre la posesión de la Villa se interpuso entre la familia Borghese y el Estado italiano que en 1901, finalmente adquirió todo el complejo monumental, luego fue cedido al Ayuntamiento de Roma y abierto al público.
La propiedad de la Casina Borghese (actual Galería Borghese), con su rica colección de obras de arte, se confirmó en manos del Estado y fue transformada en un museo publico donde se celebran exposiciones y eventos artísticos de gran renombre.
A partir de 1908, se realizaron mejoras con nuevas aperturas debidas a los nacientes barrios limítrofes como Parioli y Flaminio con escalinatas de entrada y un paso elevado de conexión con el Pincio. La entrada de la avenida Rossini también permite las visitas al Zoo dentro de la Villa.
Monumentos conmemorativos que representan famosos personajes y literatos extranjeros como Goethe, Victor Hugo, Byron, Umberto I y Ferdousi, fueron colocados desde 1904 a lo largo de las avenidas de la villa. La remodelación de la cuenca del estanque y las intervenciones extraordinarias de mantenimiento del templo de Esculapio se realizaron entre 2013 y 2014.
El «Deposito de las esculturas de Villa Borghese» fue inaugurado en el 2015 debajo de los locales del Museo Pietro Canonica. Consta de alrededor de ochenta obras expuestas provenientes en su mayor parte de la colección de la familia Borghese. Originalmente se encontraban en los palacios y en las avenidas de la villa como decoración de las arquitecturas y de las fuentes.
Villa Borghese es una fusión de atracciones con museos, esculturas, monumentos, fuentes, jardines, instalaciones deportivas, cine y un pequeño lago artificial. El inmenso parque de la ciudad es un museo al aire libre donde vivir y admirar lo mejor del arte y la cultura italiana.
El parque de Villa Borghese se extiende sobre una de las colinas más famosas de Roma dentro de las murallas aurelianas: el Pincio. Esta colina es hoy en día un fantástico jardín intersectado por amplias avenidas y paseos arbolados rodeados de bustos de artistas de renombre internacional.
La terraza del Pincio, que da a la Plaza del Popolo, ofrece una vista espectacular de Roma, que se extiende desde la Plaza del Popolo hasta la cúpula de la Basílica de San Pedro, un panorama único en el mundo.
Dentro de Villa Borghese se encuentran muchas estatuas dedicadas al mundo del arte. Monumentos y bustos que retraen escritores y poetas fueron colocadas en varias fases desde 1851 hasta 1952. Por desgracia debido a los constantes actos vandálicos a menudo se requieren importantes intervenciones de restauración de estas esculturas. Muchos personajes fueron representados, desde Horacio hasta Virgilio, de Dante Alighieri a Francesco Petrarca, de Giovanni Boccaccio a Nicolás Maquiavelo; para presentar alguno ejemplos.
Situada en vía de la Pineta, la bella estatua en mármol de Carrara de Lord Byron es una copia de la original, esculpida por el escultor danes Thorvaldsen, hoy en la biblioteca del Trinity College, en Cambridge. El poeta representado mientras está sentado sobre ruinas romanas, en traje elegante. Un manto sobre los hombros, con la mano derecha tiene una pluma esperando la inspiración mientras la mano izquierda sostiene el fragmento de un libro.
Personaje destacado del romanticismo, se considera todavía hoy, uno de los más grandes poetas ingleses leído y conocido en el mundo. La inscripción en el pedestal de mármol sobre el que reposa la estatua son versos del poeta tomados de «La peregrinación de Childe Harold, parte IV«. Se lee lo siguiente:
«Pero yo he vivido y no he vivido en vano:
mi mente puede perder su fuerza, mi sangre su fuego,
y mi estructura perecerá incluso en vencer el dolor;
Pero hay uno dentro de mí que se cansará
Tortura y Tiempo, y respiro cuando exhalo.«
Imponente y majestuosa estatua del escritor alemán Wolfgang Goethe fue un regalo del ‘Emperador de Alemania Guillermo II a la ciudad de Roma en señal de amistad entre los dos pueblos. El escritor y poeta amaba Italia, y allí residió entre 1786 y 1788. El escultor italiano Valentino Casali realizó la obra que fue inaugurada en 1904.
El monumento al poeta, entre los grandes literatos alemanes de siempre, alcanza los ocho metros, solo la estatua de Goethe mide tres metros y se levanta sobre un poderoso capitel corintio.
Símbolo de la relación con Roma y su historia clásica, a los pies del capitel hay dos esculturas que encarnan alegóricamente sujetos de las obras del escritor. Oreste a los pies de Ifigenia representa el drama, la lírica con Mignon al lado del viejo arpista Lotario y Faust tentado por Mefisto la filosofía.
En los encantadores jardines de Villa Borghese se erige la estatua del famoso poeta y dramaturgo ruso Aleksandr Puškin, fallecido en 1837. Su monumento fue realizado por un escultor ruso y colocado en la Villa en 1999.
Puškin nunca visitó Italia, pero en algunas de sus obras escribía abiertamente de su admiración: «donde descienden las noches de oro de Italia, respiraré libremente» (Eugene Onegin – Libro I – 49). En todo el mundo se le dedicaron esculturas en recuerdo de su maestría con la que escribía obras teatrales combinando estilos y lenguajes diferentes.
Realizadas entre el siglo XVII e inicios del siglo XX, las fuentes artísticas de Villa Borghese han sido siempre vistas por su belleza y originalidad. Se desarrollan a lo largo de todo el perímetro de la Villa y son ricas en grabados, estucos y decoraciones. Estatuas de Diosas y personajes mitológicos las superan desde lo alto enmarcadas entre chorros de agua y exuberantes vegetaciones.
Han sido varios los autores de estas espléndidas obras escultóricas colocadas a lo largo de los siglos y convertidas en elementos decorativos esenciales de la Villa. El agua que riega las fuentes y los estanques de la villa llega desde el acueducto del Peschiera. Descubramos juntos la historia y la descripción de algunas de las más famosas.
La fuente realizada, en mármol y Travertino, por el escultor Vicenzo Pacetti fue diseñada por el pintor Cristoforo Unterberger en el 1791. Situada en la plaza del mismo nombre, consta de una amplia cuenca circular con cuatro caballos de mar que se extienden a cola de pescado para sostenerlo. En el centro se apoya un cáliz doble del que sale un chorro de agua
La Fuente de los Delfines, situada en la avenida David Lubin, se encuentra en una balaustra que se trunca en el centro, dejando espacio a la fuente de Travertino. Los dos delfines que dan el nombre a la fuente, tienen las colas orientadas hacia arriba y conectan la fuente a los dos muros laterales.
Un estanque semicircular con bordes redondeados tiene en el centro una copa en forma de flor con los pétalos hacia abajo facilitando el chorro de agua central que desciende sobre los pétalos exteriores.
La Fuente de Venus, en la Plaza Scipione Borghese, se encuentra en el centro de un gran jardín rectangular que data del siglo XIX. Probablemente fue diseñada por el arquitecto Giovanni Vasanzio y está constituida por una amplia cuenca circular con en el centro una prominencia rocosa sobre la cual se levanta la estatua de la diosa de pie. Está esculpida en mármol claro y está representada totalmente desnuda (es una copia de las Venus Medicea).
Realizado en 1766, proyecto diseñado por Antonio Asprucci en colaboración con el experto proyectista de jardines, Jacob Moore, el estanque de villa Borghese es un espejo de agua fascinante. En el centro se encuentra una pequeña isla artificial donde surge el Templo de Esculapio, de estilo jónico, que alberga la estatua del dios de la medicina recuperada en el Mausoleo de Augusto.
Fue el mismo Antonio Asprucci, junto con Cristoforo Unterberger, entre 1785 y 1792, quien construyó este templo de estilo jónico, donde destacan musas, nenúfares, patos, gaviotas, tortugas y estatuas de divinidad que enmarcan un paisaje bucólico exclusivo y emocionante.
Alquilar uno de los pintorescos botes de remos y cruzar el estanque es una experiencia sugestiva. Un paseo en barca sobre las tranquilas olas del espejo de agua permite llegar hasta el Templo de Esculapio y admirar de cerca los detalles arquitectónicos que lo caracterizan en todo su encanto.
La zonas adyacente están delimitada y no se puede acceder a ellas. Ya acostumbrados a la presencia de los visitantes en barca, gansos, aves y patos, harán de acompañantes silenciosos por todo el recorrido.
A poca distancia del templo de Esculapio hay una de las atracciones más fascinantes de la gran villa, el famoso Reloj de agua, el «hidrocronómetro» victoriano. El inventor y profesor Giovan Battista Embriaco lo construyó en 1867 con la intención de combinar el esfuerzo científico con la energía de la naturaleza.
Está ubicado en una torre en el centro de un pequeño estanque en los hermosos jardines de la villa. Llenarse y vaciarse del agua coordina los mecanismos de temporización.
El Bioparco es el Jardín Zoológico de Roma, uno de los zoológicos más antiguos de Europa, donde se alojan animales procedentes de todo el mundo. Carl Hagenbeck, quien lo creó en 1908 en una superficie de 12 hectáreas, imaginó el zoo con una perspectiva diferente.
En lugar de los barrotes y las puertas de hierro hizo excavar canales y zanjas armoniosamente estudiadas y diseñadas en estilo inglés, para dividir al público de los animales. Esta novedad absoluta daba la sensación de que los animales vivían libres en los grandes jardines de los que la villa estaba dotada.
El arquitecto escenógrafo Moritz Lehmann y el ingeniero Urs Eggenschwiler diseñaron los alojamientos para animales y las rocas artificiales con técnicas innovadoras. Con estas arquitecturas modernas el zoológico se convertía así en uno de los lugares más atractivos de la ciudad, donde se paseaba en medio de un exuberante jardín botánico y se podía admirar las diferentes especies de animales.
Giuseppe Roda, un experto diseñador jardinero, creó la magnífica planta verde desarrollando un equilibrado complejo botánico. Después de algunos años dibujó el reptilario circular y la gran pajarera que, además de su importancia arquitectónica, constituye una revolucionaria solución para las aves migratorias de alto vuelo.
El Jardín zoológico de Roma, como excepcional obra de arte científica, técnica y artística, ha inspirado nada menos que el parque zoológico del Bois de Vincennes en París. Mamíferos, aves, reptiles y anfibios de los 5 continentes se alojan en una superficie dividida en áreas dedicadas a cada uno de ellos.
Desde la de los tigres de Sumatra, la de los orangutanes, la de los monos enanos, el de los osos. El objetivo es cuidar lo mejor posible a cada especie de animales con el fin de permitir su conservación dándoles el mejor hábitat.
El Bioparco de la metrópoli capitolina propone hoy a los visitantes varias actividades: exposiciones, teatro, cursos de conferencias y proyectos ambientales en sintonía con las instituciones del sector competentes de todo el mundo.
Plaza de Siena nace por voluntad del príncipe Marcantonio IV Borghese en 1792 y debe su nombre a Siena, ciudad natal de la familia. La idea del príncipe era crear un espacio que recordara la Plaza del Campo en Siena, donde el Palio, desde la Edad Media, era la ocasión más celebrada.
El primer concurso hípico internacional de salto de obstáculos tuvo lugar precisamente en la plaza de Siena en 1922. La plaza desde ese año será un escenario de competiciones ecuestres.
En los Juegos Olímpicos de Roma en 1960, la Plaza de Siena albergó las pruebas individuales de los jinetes y el marco verde de la plaza es teatro de una hazaña inolvidable para Italia. Los hermanos Piero y Raimondo d’Inzeo conquistan las medallas de oro y de plata y, junto con Graziano Mancinelli, se convierten en los abanderados italianos de este noble deporte.
Hoy el Concurso Hípico de la Plaza de Siena forma parte del circuito de la FEI (Federación Ecuestre Internacional) que agrupa a los ocho concursos internacionales más prestigiosos oficiales de salto de obstáculos, la élite de la equitación mundial.
Villa Medici, construida sobre los restos de los Los Jardines de Lúculo (Colina de Pincio), está en una posición extraordinaria porque con sus siete hectáreas de majestuosos jardines, fuentes y esculturas domina el centro de la ciudad de Roma, asomándose sobre la escalinata de Trinità dei Monti y Plaza de España. Su milenario patrimonio arquitectónico, cultural y artístico ha conquistado insignes artistas y Príncipes que han hecho periódicamente su residencia.
Fundada por el cardenal Ferdinando I de Médici en 1576, Villa Médici, en su arquitectura renacentista, fue completada por el arquitecto Bartolomeo Ammanati. Los antiguos frisos romanos y numerosos bajorrelieves de la fachada anterior los jardines provienen de los Mercados de Traiano y del Ara Pacis.
Hasta las primeras décadas del siglo XVIII Villa Médici gozaba de la fama de uno de los ambientes más elegantes y alegres de Roma. A la extinción de la dinastía de los Médici en 1737, la villa pasó primero a la Casa de los Lorena y luego al Reino de Etruria.
En 1803 Napoleón Bonaparte entró en posesión de la Villa trasladando allí el «Académie de France a Rome» gracias al arquitecto Auguste-Henri-Victor Grandjean de Montigny que se encargó de la renovación para albergar a los ganadores del Prix de Rome designado por la misma Academia.
La institución, fundada en 1666 por Jean-Baptiste Colbert, concedía a los jóvenes artistas patrocinados por los grandes nobles franceses completar su formación y proseguir en el descubrimiento de las obras maestras de la antigüedad y del Renacimiento italiano.
Más allá de las disciplinas tradicionales como la pintura, escultura, arquitectura y música la Academia abrió nuevos campos artísticos como historia del arte, arqueología, literatura, películas, vídeos, restauración, escritura e incluso cocina. El concurso del Prix de Rome fue abolido en 1968 por el escritor y ministro de Propaganda e Información francés André Malraux.
El artista Balthus , que estuvo a la cabeza de la Academia entre 1961 y 1967, emprendió una amplia serie de restauraciones del palacio y sus jardines, proporcionándoles instrumentos modernos, participando él mismo en las obras.
Otras obras de restauración se llevaron a cabo en 2016 bajo la dirección del escenógrafo, pintor y diseñador francés Richard Peduzzie que ha vuelto a organizar exposiciones y espectáculos creados por los artistas residentes.
Casina Valadier, histórica villa monumental diseñada por el arquitecto Giuseppe Valadier, es la joya del Pincio que se asoma a la Plaza del Popolo. Por voluntad de Napoleón Bonaparte en 1810, que soñaba con una vista extraordinaria sobre la ciudad, fue edificada sobre la colina donde en la antigua roma tenían sus villas ricas familias de la Urbe.
La Casina, en estilo neoclásico, fue inaugurada en 1817 y Valadier mismo la quería como su residencia privada pero murió antes.
Decoraciones en estilo pompeyano adornan las habitaciones, a cuyos magníficos frescos se han aportado desde hace pocos años notables restauraciones. Desde la Unificación italiana hasta la primera posguerra, esta majestuosa residencia en el centro del parque era el punto de encuentro para el mundo del arte, la cultura y la política.
Por las décadas de gran fulgor en los años veinte y en los años cincuenta y sesenta del siglo XX, período de intensas frecuentaciones y celebridades. Se produjo una lenta e imparable decadencia por cierres, asuntos judiciales y fracasos.
A principios de los años 2000, Casina Valadier ha vuelto al inalterado encanto gracias a los arquitectos, decoradores y restauradores que han colaborado para eliminar intervenciones pasadas malhechas en el interior y en los jardines, llevando esta maravilla de vuelta a su fantástica estructura original. Hoy es un famoso café/restaurante y un lugar mágico para eventos.
El Silvano Toti Globe Theatre, que es una réplica del teatro de madera circular del Globe Theatre de Shakespeare, es también una característica original del parque. La estructura tiene un techo abierto y el escenario se extiende al centro del público. El local ofrece espectáculos en directo con un cartel de verano dedicado a la puesta en escena de las obras de Shakespeare.
La Casina de Rafael es un sugestivo edificio en los jardines de Villa Borghese. Aunque no tiene ningún vínculo con el famoso artista, tiene hermosos frescos y merece una visita. También alberga una ludoteca municipal para niños de entre 3 a 14 años con varias actividades. Además de para las escuelas, los talleres están abiertos a todos. También funciona como centro de actividades y seminarios, eventos, etc.
La Casa del cine o «Casina de las Rosas» es la celebración del arte cinematográfico del siglo XXI. Se trata de una antigua estructura que nace como restaurante, luego se transforma en un granero y finalmente bautizado como teatro cinematográfico New Age.
En sus salas se proponen reseñas cinematográficas, exposiciones y festivales con entrada gratuita. Allí se proyectan películas internacionales y tiene también una librería. Presenta películas bajo techo y al aire libre con proyecciones en los meses de mayo y junio y de septiembre a octubre, albergando también espectáculos musicales.
Come arrivare a Villa Borghese è abbastanza facile grazie ai nove ingressi. Porta Pinciana, le rampe del Pincio a piazza del Popolo e l’ingresso monumentale di Piazzale Flaminio sono quelli più frequentati.
Cómo llegar a Villa Borghese es bastante fácil gracias a las nueve entradas. Porta Pinciana, las rampas del Pincio a Plaza del Popolo y la entrada monumental de Piazzale Flaminio son las más frecuentadas.
Los demás ingresos son:
El transporte público es el más indicado para no quedarse atascado en el tráfico de la ciudad, pero sobre todo porque es muy difícil encontrar aparcamiento en las cercanías. La línea A (Roja) del metro lleva a las paradas Flaminio o España, o la línea F.S. Roma-Viterbo y bajar en la plaza Flaminio.
Alternativamente, los autobuses 490, 495, 89, 160 y 61 tienen las paradas en la calle Fiorello La Guardia y la Plaza São Paulo de Brasil; y los autobuses 223, 910, 53, 63, 83, 92, 360 se detienen en la calle Pinciana altura Galleria Borghese y finalmente los tranvías 19 y 3 con paradas en la vía de Valle Giulia, vía Ulisse Aldrovandi y vía Rossini.
El parque no es sólo un complejo de plazas, monumentos y fuentes, sino también una zona verde donde pasar un día con momentos de diversión y relax entre las múltiples atracciones ofrecidas para adultos y niños.
En Villa Borghese hay también una Avenida de los Niños donde surge el Teatro San Carlino una colorida estructura de madera que presenta una cartelera de espectáculos donde marionetas y actores expresan el deseo de soñar con los jóvenes espectadores con participación apasionada creando juntos la magia del teatro. Como pueden ver, el Bioparco no es la única sorpresa favorita de los niños.
El Cine de Pequeños, mejor dicho, el cine más pequeño del mundo tiene apenas 63 asientos. Un primado que le fue reconocido oficialmente en 2005 con tanto de inserción en los Récords Guinnes. Los niños pueden ver películas proyectadas en un espacio realmente único.
Las fuentes son una característica imprescindible de Roma y en particular de Villa Borghese. Debido a su amplia extensión, aunque hay varios restaurantes, se recomienda llevar una botella de agua o una cantimplora. Llenándolas con las fuentes, les serán muy útiles en los recorridos a lo largo de las innumerables avenidas.
Para un largo paseo o hacer un picnic en los días más calurosos es muy útil tener un sombrero y unas gafas de sol y también una manta para poder acostarse en la hierba para descansar bajo un frondoso árbol.
El «Valle de los cachorros» en Villa Borghese es un área para los perros cerca del Bioparco. Los amigos de cuatro patas son siempre bienvenidos pero no se les permite en el Bioparco; se hace una excepción para los perros guía para los ciegos.
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